Vivo rápido y no tengo cura

Curioso, es curioso como una frase de Rosalía, cantante de un estilo que nada tiene que ver con la música Hard Dance, puede compartir significado con este género.

Son muchos los caminos posibles para llegar hasta amar el hardstyle, bien la curiosidad, remixes a canciones de otros estilos o bien la pasión vivida en una fiesta. Lo cierto es que el Hard Dance realmente engancha, una vez se entra, si saber por qué, uno se encuentra atrapado.

Hablamos de uno de los nichos de la música electrónica, para algunos residual, pero la variedad que esconde no es precisamente un bosque pequeño y prácticamente satisface todos los gustos. Hay quien vive enamorado de las melodías, nostálgico con las antiguas o emocionado con las modernas. Otros priorizan los kicks, la contundencia y diversidad de los mismos, entendiendo como si fuera el cielolo que para muchos sería el infierno. Sin embargo, da igual lo que cada uno busque, el sentimiento es el mismo.

Curioso, es curioso como una vez dentro del mundo de los sonidos duros, se tiende a ir a más. Así es, una vez se tiene el pie en acelerador, se busca más y más velocidad. Es habitual que una vez se rompe la frontera de los 150 bpms, la ambición de seguir avanzando, en lo que a potencia se refiere, parece no tener techo. Del hardstyle melódico al raw, del raw al hardcore y vemos como gracias a artistas como GPF o el propio Sefa, estilos como el Uptempo y el Frenchcore han ganado mucho en popularidad. El amante de hard dance, vive rápido, cada vez más rápido y es una pasión que no parece tener cura, porque no se busca, un sentimiento que es innegociable.

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