Espero no ser el único que haya sentido que pierde la fe en la música que más le gusta, afectado por el momento que estamos viviendo, sin eventos. Es bonito ver que a pesar de todo la ilusión nunca se fue

Lo admito, la época esta rara o loca, como lo queráis ver, hace que me cuestione absolutamente todo. Hasta tal punto ha llegado el asunto, que de cierta manera he dejado de lado e, incluso, me atrevería a decir que he renegado uno de los pilares básicos de mi vida. La música electrónica en general, pero el hardstyle si hablamos de algo en particular. No se cuál es el motivo principal, yo lo achaco mayormente a la falta de eventos, echar de menos el ver a mis artistas favoritos, y más aún compartir momentos mágicos con personas que aman la misma música que yo. Pero podrían ser tantas cosas…

Sin embargo últimamente me vuelvo a encontrar, sonrío cuando suena un kick, disfruto con esas melodías que me hacen volar, es bonito comprobar que la música es como un buen amigo, nunca se fue, nunca se ha ido y nunca se irá. Que placer, que gusto caer en la cuenta de que, efectivamente, hay cosas que son para siempre, que permanecen con nosotros. aunque de manera temporal los caminos no se junten. Pero no es todo sobre música, es importante recordar que al final este es el punto de unión, pero lo que importa va más allá.

La música son personas y la música son momentos. Lo confieso, una de mis fantasías más recurrentes consiste en cerrar los ojos, e imaginarme en medio de un montón de gente coreando al unísono el Mysterias de B-Front. Todos cantando, como aficionados de fútbol animando a su equipo favorito. Ya no es que lo eche de menos, es que lo necesito.

Lo mejor es que creo que como yo, hay muchos, desde luego tengo claro que en una sociedad que tiende al individualismo, cuando hablamos de pasión – ya no solo de música y de cualquier género, también podemos llamarlo fútbol, videojuegos o simplemente debatir en un parque– siempre vamos a querer juntarnos. Pero yo me quiero centrar en la música, en lo que le rodea y en su riqueza. Siempre está ahí, la energía queda intacta, como un refuerzo que nos arropa hasta en los momentos más complicados.

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