Tres de los artistas más en forma del circuito se presentaron en la capital de España en un claro ejemplo de que el Big Room sigue muy en forma


Fabrik volvía a abrir sus puertas al Big Room en una noche de sábado fresca, habitual en la capital de España en estas fechas, pero los amantes del Hardstyle, también llamados a la inauguración de RGB, caldeaban el ambiente en el parking de la discoteca con sus bailes y su música en una previa que hacía notar que un fiestón se avecinaba en Fuenlabrada.

Entramos media hora antes de que Dyro, primer plato fuerte de la noche, pusiera ese electro sucio y guerrillero que le caracteriza. Pero antes, The River se marcó una sesión que si bien no fue la mejor dada la magnitud de los cabezas de cartel, estuvo muy a la altura de las circunstancias. Dyro apareció a eso de las 2:30, y pese a que muchos en la pista no le conocían, bien podía haber ocupado el ‘Prime Time’ de la noche, pues su música, con drops mucho más pronunciados y la constante premisa de crear una sensación de adrenalina que te hace bailar sin parar, podría haber subido aún más los ánimos del público tras la actuación de W&W. Pero le tocó pinchar primero, y lo hizo de maravilla. Dyro sacó a la luz sus grandes temas, como ‘Pure Noise’ o ‘Against All Odds’, que junto al megatrón llevó a la gente a rozar el cielo. Como a él le gusta, el holandés aprovechó para poner Trap, frenar el ritmo y sacar el Bass sobre la mesa.

Se nos hizo corta, cortísima la hora y media con Jordy Van Egmond, pero W&W ya esperaban bajo la mesa para iniciar su espectáculo. Con el archiconocido ‘Big Foot‘, el dúo tulipán sacó a la palestra remixes tanto actuales como ya clásicos en su repertorio. Especial mención al ‘Where are Ü now‘, un tema que desató la locura en Fabrik o uno de los remixes que me hicieron seguir a este dúo, el que le hizo al ‘This is what it feels like‘ de Armin Van Buuren. Sin duda, Willem van Hanegem Jr. y Wardt van der Harst no vinieron de vacaciones a Madrid, y su complicidad con el público y la ayuda del megatrón y las visuales, hicieron que W&W dejaran muy buen sabor de boca.

No quiero acabar la crónica sin ensalzar la figura de Sandro Ávila. El joven deejay malagueño se salió de lo puramente Big Room, y apostó por un cierre en el que supo combinar a la perfección ese Big Room que habían dejado los holandeses, con temas de Trap como los remixes de Ookay, ‘Hotline Bling’ o ‘Runaway’, e incluso Drum and Bass, logrando que los asistentes no decayeran y disfrutaran hasta el último minuto de una fiesta, una vez más, de altísimo nivel en Fabrik.

 

 

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