En su última entrevista en Forbes, Krewella hablan de su paso por Pakistán, su país natal
Desde que las conocimos en sus inicios en la música electrónica Yasmine y Jahan Yousaf se han sentido profundamente orgullosas de sus raíces exóticas y así nos lo han hecho saber siempre. Actualmente forman uno de los dúos más conocidos dentro de la escena y han alcanzado un increíble éxito, llegando a actuar en los escenarios de los festivales más importantes del mundo. Pese a estar viviendo su sueño, las hermanas se mantienen humildes y se encuentran en un momento en el que desean redescubrir sus raíces.
Jahan: ‘Visitar Pakistán fue una maravilla. Estuvimos fascinadas durante todo el viaje, no quería dormir ni irme porque estaba demasiado ilusionada por explorar y conocer la tierra de mis ancestros. Estar en la cuna de nuestro padre y experimentar el nivel de profesionalidad, energía creativa, buenas vibraciones y dedicación en los oficios de los pakistaníes fue muy importante. Esta cara de Pakistán es la que los medios de comunicación por desgracia no muestran. Presenciar eso con nuestros propios ojos nos ha motivado a seguir indagando en nuestras raíces culturales y ver lo brillantes que son nuestras tradiciones, sonidos, valores, estética y religión.’
Han usado las letras de sus canciones para darle voz a las mujeres, a las personas que han sufrido acoso y a la necesidad de unir a las personas a través de la música. Tanto para sus fans como para ellas sus canciones tiene un transfondo sentimental que las hacen incluso más especiales.
Yasmine: ‘Como músico sé lo importante y poderosa que una canción o un álbum puede llegar a ser. Ha habido muchos momentos en nuestra carrera que la gente nos ha dicho que nuestra música les ha ayudado a salir de un mal momento en sus vidas. Me siento identificada porque mi música favorita ha hecho lo mismo por mí. Te puede ayudar de verdad cuando pasas por alguna crisis en tu vida.’
Jahan: ‘El único objetivo que tenemos es expresarnos. Debes tener fe en que tu creatividad puede ayudar a gente de la misma forma que a nosotras nos ayuda crear arte.
Mucha gente se deja llevar por su ego y tienen la necesidad de alcanzar poder y relevancia. Y está bien que esas sean sus metas. Yo misma me he visto seducida por esa forma de pensar sobre mí misma y no me ha gustado. Cuando siento que voy a sucumbir ante esas tentaciones del ego que me llevan a querer estar en la cima y competir contra otros, siento que mi creatividad se endurece. Yasmine y yo estamos en un punto en el que solo queremos crear y aprender más sobre nosotras mismas y sobre cómo funcionan nuestras mentes, y también, dejar que nuestras emociones se expresen sobre un lienzo para darles vida.’