La moda de la música 8D ha dado la vuelta al mundo en cuestión de días


Esta última semana y media todo lo que me rodea ha girado entorno a la dichosa música 8D. Y por si has estado todo este tiempo una nube y no sabes lo que es, creo que es mejor que compruebes por ti mismo lo que es escuchando la siguiente canción (importante usar unos auriculares).

Si entras en Youtube puedes encontrar miles de canciones famosas editadas con este «efecto», millones de reproducciones y cientos de comentarios diciendo  «esto es increíble», «qué gran revolución», «nunca más escucharé música de otra forma», etcétera. Y yo me pregunto, ¿qué le veis de especial a una canción que da vueltas a vuestra cabeza?.

Partiendo de la base que lo conocéis como sonido 8D no es realmente 8D, sino un efecto de sonido binaural, voy a resumiros los diferentes métodos que se pueden emplear para grabar una canción. Tradicionalmente, las grabaciones se han hecho a través de dos métodos: mono (un micrófono) y estéreo (dos micrófonos, separados entre ellos). La grabación binaural lleva más allá el método estéreo, colocando dos micrófonos en cavidades parecidas a los oídos a lado y lado de un soporte con forma de cabeza humana, de modo que los micrófonos capturan y procesan el sonido exactamente como lo escucharía el oído humano. De esta forma percibimos los distintos sonidos en uno o varios puntos dentro de un espacio tridimensional.

Este método se lleva desarrollando desde los años 80, momento en el cuál Hugo Zuccarelli desarrollaba el sonido holofónico. Zuccarelli trabajó con Pink Floyd en la grabación del álbum ‘The Final Cut’, además de otros artistas como Michael Jackson o Stevie Wonder. A pesar de haber recibido el reconocimiento de la industria cinematográfica y de la música, este sistema de grabación nunca llegaría a imponerse debido a la popularidad del sonido envolvente de Dolby.

Todo esto está muy bien pero, ¿cuál es la trampa del «8D»? Lo que se está haciendo es coger una canción producida en estéreo y pasarla por un espacio tridimensional para convertirla en sonido binaural, por lo que el resultado de esto es una canción que oscila alrededor de tu cabeza como si fuese un tiovivo. Todos los instrumentos, voces y elementos de la canción no están separados entre si, como es el caso del tema de Imagine Dragons que os he puesto al principio. Para que ‘Believer’ fuese realmente una canción en formato binaural debería haber estado producida, mezclada y masterizada desde un inicio en un espacio tridimensional, ya que lograríamos escuchar los diferentes elementos de la canción en distintos puntos de nuestra cabeza.

¿Y por qué seguimos escuchando la música en estéreo? Me imagino que ya no solo será porque requerirá mucho más tiempo y dedicación terminar las canciones o que ocupen mucho más espacio en nuestros dispositivos, sino que existirá alguna razón de peso importante que decante la balanza hacia seguir utilizando el formato estéreo.

Si queréis más información sobre el tema, recomendamos leer el siguiente artículo de ‘The Verge’ acerca del sonido binaural o 3D [aquí].

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