Un año después, seguimos dolidos por la muerte de Avicii, uno de los héroes que a muchos nos llevó a enamorarnos de la música electrónica.
Todos tenemos héroes, más bien podemos decir que los necesitamos. Necesitamos a esa persona que sea en el campo que sea, vea la realidad subido a una atalaya, una persona que parezca tenerlo todo bajo control y que sirva de punto de encuentro e inspiración para distintos grupos. La educación que recibimos está basada en depositar nuestra confianza en estos sujetos, bien se pueden vestir de seres celestiales o de mallas y capa, pero lo que tienen en común son unas cualidades que les sitúan por encima de la media.
En un mundo tan competitivo como es la música y quizás la electrónica más aún, donde las discusiones y confrontaciones entre géneros y estilos parecen no tener fin, se necesita alguien así, que haga de punto de conexión. Si, una persona que elevara estos sonidos, que lo pusiera a la altura de otros grandes de la historia de la música, dejándolo en el lugar que corresponde. Y si, hay muchísimas personas que con su trabajo hacen que la música electrónica se respete cada día más, pero pocos como Tim.
Volviendo a los héroes, si hablamos de películas, muchas veces el protagonista se va una vez ha salvado la humanidad, pero en esta historia no, esta película se ha terminado cuando apenas acababa de comenzar. Podemos decir, que el villano ha ganado y ha apagado de golpe las luces que Avicii puso en el camino. Con su muerte, han reaparecido los fantasmas que quizá nunca se fueron, pero que hoy son aún más grandes. A muchos se nos quedo la cara de circunstancia, mientras nos preguntábamos ¿Qué ha podido pasar?
Han saltado las alarmas, está claro, hay miedo y hay quién se ha replanteado ciertos aspectos e incluso cambiando drásticamente su carrera. Es lógico el temor y la precaución, porque evidente nadie quiere verse en las mismas y se quiere prevenir situaciones similares. Cuesta o no se quiere señalar culpables, ni quienes deberían quitar el pie del acelerador, aquellos que tienen en la retina el símbolo del dólar. Una situación tabú, en la que está claro qué es lo que ha pasado pero no se habla de ello. Seguimos avanzando y poniendo parches que nos intentan convencer que la vida del artista sigue siendo algo idílico y perfecto, y no, hay una cara B que no podemos olvidar.
Dejando a un lado, la correspondiente crítica. Tim, tu música es arte, conseguiste ser ese artista que puso la música electrónica a la altura de Madonna, abriendo las puertas de estos sonidos que nos enamoran a mucha gente que quizá los desconocida. Para muchos fuiste ese super héroe, que en lugar de capa llevaba gorra y que nos llevaste de la mano a la excelencia. Te fuiste cuando no correspondía y tardaremos en ver alguien que te haga justicia, si lo llegamos a conocer.