Nuevas muertes en festivales nos hacen preguntarnos si la legalización de las drogas puede ser una  solución eficaz contra la pérdida de vidas asociadas a su consumo. Mi opinión personal es que vale la pena explorar esta vía, tal como defienden grandes personalidades como Richard Branson


Esta semana nos han vuelto a llegar las peores noticias, esta vez desde Australia, donde tenemos que lamentar dos nuevas muertes entre asistentes a festivales por culpa de las drogas, y al menos 20 atendidos por sobredosis, tal como te contábamos aquí.

En el último año hemos tenido que contar demasiadas muertes en festivales ligadas al consumo recreativo de estupefacientes, la pregunta que todos nos hacemos es ¿Se pueden evitar tantas muertes?. Desde luego es algo que merece la pena ser discutido ampliamente en busca de las mejores soluciones posibles.

Muchos verán la solución muy fácil, que no se consuman drogas. Estoy totalmente de acuerdo con esa afirmación. Sin duda sería la solución más eficaz. Si nadie consume MDMA o similares, tampoco cocaína, no se fuma marihuana o hachís, y no se bebe alcohol en los festivales, el problema estaría resuelto… pero en serio, se trata de buscar soluciones reales, no utópicas. Algunas religiones acabarían con el SIDA en el mundo a través de la abstinencia, ¿eficaz? Sin duda, ¿realista? No tanto.

La otra solución es la que llevan años llevando a cabo los gobiernos de prácticamente todo el mundo.wpid-1449569499762.jpg Condenar y perseguir el tráfico, posesión, y en muchos casos consumo de estupefacientes. ¿Eficaz? a tenor de los resultados, parece que no. Precisamente dos de los gobiernos más duros y con más recursos en materia antidroga, como pueden ser Australia y Estados Unidos, contabilizan más casos de fallecidos en festivales en este año. De hecho Stereosonic, ha estado prácticamente blindado, a tenor de las imágenes de prensa que nos llegan, y ya hemos visto el resultado.

Por tanto es quizá el momento de buscar nuevos enfoques ante un problema tan grave. Hay gente que lucha desde hace tiempo en que los gobiernos abran sus mentes a despenalizar al menos la tenencia y consumo, como Richard Branson, tal como te contamos aquí, y cuyas propuestas parecen estar calando en la ONU, que podría apoyar este nuevo enfoque.

Legalizar no debe ser sinónimo de barra libre, al contrario. Sería una manera eficaz de controlar un negocio que cada año se cobra muchas vidas. No solo muertes por consumo, también vidas rotas de gente con problemas que se deja captar por mafias para el tráfico, consumidores sin ayuda para dejarlo y que en vez de verse como enfermos los tratamos como criminales, y familias rotas tras una lacra que lleva demasiado tiempo entre nosotros y que nos empeñamos en no afrontar de manera eficaz.

Soy padre de dos niños pequeños. Y puedo afirmar, sin ningún lugar a la duda, dos cosas. La primera es que deseo con todas mis fuerzas, que mis hijos nunca prueben las drogas. Segundo, que si algún día alguno de mis hijos consumen por ejemplo MDMA, preferiría mil veces que lo comprase en un lugar legal, antes que a un camello de la calle. En un lugar regulado por las autoridades, y que estuviese clara su composición para asegurarse que lo que se consume es lo que se pretende consumir y no está adulterada con productos realmente peligrosos.

¿A que dicho así suena mejor que lo que tenemos ahora? Porque no hay que olvidar que la mayoría de las muertes que se producen en los festivales, es porque lo que se consume no es puro, está adulterado, son sustancias potencialmente peligrosas para la vida, o simplemente el que la ha fabricado no tiene ni idea de lo que hace.

Y ya que mis hijos, al igual que tú o que yo, van a tener la posibilidad antes o después, de tener acceso a las drogas, si eligen mal y deciden consumir, prefiero que no sea a ese camello que le venda una mierda que ponga en peligro su vida.

Mientras la sociedad abre los ojos, deja a un lado la hipocresía de aceptar como válidas otras sustancias cuando menos tan peligrosas como son el tabaco o el alcohol, mientras no quiere ni oír hablar de otras cosas, al menos queda la posibilidad de confiar en ONGs como Energy Control, que dedican su tiempo y esfuerzo a algo tan importante como prevenir muertes asociadas al consumo de drogas. Como principal y más llamativa acción, se ofrecen para analizar muestras de cualquiera que quiera hacérselas llegar para determinar su composición y grado de peligrosidad. No alientan el consumo, pero ya que es inevitable, al menos que sea lo más seguro posible. Y eso sí es una visión realista de este problema.

Supongo que habrá quien esté de acuerdo conmigo, y quien se lleve las manos a la cabeza tras leer este artículo de opinión, pero seguro que todos estamos de acuerdo en salvar vidas, que es lo único importante al final, y que cualquier posible vía para conseguirlo, al menos debe ser valorada.

Compartir: