Loco Dice se ha convertido en uno de los profetas más aclamados en el templo de la electrónica. Su sesión, otra vez, desató la locura en Madrid
El calor no termina de irse de Madrid, bueno ni en toda España, y con una temperatura sensacional en octubre, CODE volvía a escena, en su edición 124, donde Desolat y su emperador, Loco Dice, volvían a Fabrik en su formato ‘Serán Bendecidos‘.
Junto al Loco, Calleb Calloway, Francisco Allendes, Davide Squillace, waFF, Carretero, Yaya y Guti (Live) completaban un cartel de ensueño – en el Main – para los amantes del techno en su versión más bailonga.
Al ser un día laborable, el público tardó en llegar a un parking que se fue llenando gradualmente hasta alcanzar ese punto maravilloso que te provoca aún más adrenalina antes de entrar en la sala.
César Almena abrió la lata y los primeros valientes ya se adentraron en el gigante de la electrónica, mientras que su techno sonaba con fuerza desde la calle, donde el público iba poco a poco entrando en calor.
Al bueno de Almena le siguió un trío formado por Calloway, Yaya y Allendes, con el que la mayoría del público se incorporó para disfrutar de las consumiciones mientras la noche transcurría con un techno divertido y constante.
Llegamos a la medianoche y Squillace con su pelo rubio platino se asomaba a la cabina junto a la melena de waFF, en una sesión que ya vaticinaba lo que se estaba viniendo en el templo madrileño. Mucha percusión y unos graves que ya sonaban con más fuerza de lo normal. Se lo pasaron en grande ambos artistas en las dos horas que duró su set, precediendo a un deejay que no defrauda jamás.
Guti en su versión Live es una auténtica delicia para los oídos, y así nos lo hizo saber desde el primer momento. Lección de sabiduría y técnica a los platos, y una música que mantenía al público muy vivo cuando ya se rozaban las 4 de la mañana.
Pero lo mejor, como siempre, llegó al final. El rombo más conocido de la electrónica se vislumbraba en la majestuosa pantalla que colocaron justo detrás de la cabina, dos manos se entrelazaban bajo un anillo, y Loco Dice comenzaba dos horas y tres cuartos de sesión frenética.
Como acostumbra, y más cuando viene a Fabrik, donde adquiere una fuerza especial, Loco Dice nos volvió a enamorar con su techno melódico, totalmente alejado de ese género más lineal y oscuro, y acompañado de melodías, vocales, y unas subidas que infartaban a la grada, se metió a los suyos en el bolsillo con unos drops que levantaban las manos una y otra vez.
Llegamos a las 7:00 horas como si fueran aún las 19:00 de la tarde, con toda la sala a reventar y un artista que ni mucho menos quería irse a dormir. Pero la ley es la ley, las luces se encendieron y todo apuntaba a que estaba todo el pescado vendido. Pero, ay mi madre si cometes ese error. Cuando a Loco Dice le encienden los focos, él se viene más arriba, y desata toda su furia sobre los vinilos. Hasta cuatro veces volvimos a escuchar los graves de Fabrik e incluso, ya a las 7:15, una ola de confetis ponía punto y final a una auténtica barbaridad de fiesta.
Loco Dice es nuestra particular fiesta de la Hispanidad y, como si ya se tratara de una bonita rutina, contamos los días para volver a llegar al 11 de octubre y tenerlo de nuevo en el Main Room de Fabrik.