En su última entrevista para EDMIdentity, Ferry Corsten habla abiertamente sobre cómo compagina la estresante vida nocturna con la vida familiar


Desde la devastadora noticia del fallecimiento de Avicii, toda la escena electrónica ha abierto este enorme debate sobre la exigencia de muchas agencias hacia los artistas. Artistas que se ven obligados a prescindir de hacer una vida normal en familia o con sus amigos por cumplir con las fechas de sus giras. La ansiedad y la depresión resultado de la soledad que experimentan los DJs al viajar por todo el mundo mientras trabajan han sido los motivos por los que muchos productores han decidido poner un punto y aparte en sus frenéticas carreras.

La verdad es que nunca he sufrido nada de eso. Siempre se me ha dado bien pisar el freno a tiempo para evitarlo. He tenido que decir ‘no’ en ocasiones. Está muy bien que cuenten contigo y tener todas esas ofertas para trabajar, pero si, por ejemplo, te lanzan una oferta de un país extranjero y piensas: ‘¡Vaya, tengo que ir allí!’, pero llega un punto en el que tu cuerpo te dice: ‘Oye, tío, dame un respiro‘, y te ves en la obligación de decir que no lo aceptas. Debes decir ‘no’.

Tengo un carácter muy fuerte. Hago lo que quiero. Pero si eres más débil y tienes una personalidad muy fuerte, puede que tengas un representante que antes que en tu bienestar va a pensar en sus beneficios, y si tiene un gran poder de persuasión, vas a tener que luchar contra ello. Un buen ejemplo es el de Hardwell, que ha echado el freno. Es posible que él ya haya dicho ‘no’ antes, pero hasta ahora no había dicho ‘Eh, necesito un descanso de verdad’. Ha sido una buena idea si es lo que de verdad quiere.’

Corsten habla de su situación personal y explica cómo siempre, en cualquier situación, sin importar la cantidad de ceros que haya por medio, su familia es lo primero.

De por sí, ya es bastante difícil, y más ahora que mis hijos están creciendo y son conscientes de que no estoy en casa. Cuando son pequeños todavía no tienen sentido del tiempo, pero para ellos, ahora, diez días es mucho tiempo. Dos semanas es mucho tiempo. 

Llega un punto que tienes que decir: ‘Ya es suficiente‘, y más a a mis agentes, a ellos tengo que decirles: ‘Cancela esta semana’. Ellos me responden diciendo que ha llegado una oferta muy buena, pero yo digo que no. Mis vacaciones de invierno en las que vamos a esquiar son sagradas. No me importa lo que me ofrezcan, me da igual, me voy con mi familia.’

 

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