Burning Man debería construir un muro alrededor de su recinto a petición del Gobierno federal de Estados Unidos
La Oficina de Administración de Tierras de Nevada ha presentado un borrador de 372 páginas en las que recoge una iniciativa para que el festival Burning Man respete el medio ambiente y reduzca, entre otras cosas, la basura resultante del paso de miles de personas por el desierto. Una propuesta que ha sido recibida con sorpresa ya que Burning Man es conocido por su política ‘Leave No Trace‘, mediante la cual los asistentes se comprometen a no dejar ningún residuo en el lugar de celebración y a colaborar en su limpieza.
“Estas propuestas están en conflicto directo con los principios de nuestra comunidad y cambiarían para siempre de manera negativa la esencia de Burning Man, sino llegan a matarla por completo.”
Algunos de los cambios propuestos están pensados para minimizar la contaminación lumínica y del aire, facilitar contenedores de basura, contribuir al mantenimiento de la carretera del condado de Nevada y garantizar la seguridad de aves migratorias. Aunque, de todas las propuestas, la más sorprendente es la de construir un muro (compuesto en su mayoría de hormigón) de 16 kilómetros a modo de perímetro al rededor del recinto de Black Rock City.
Ante este comunicado, los organizadores de Burning Man describen el proyecto como “muy costoso a nivel logístico, irresponsable con el medio ambiente, innecesario y extremadamente caro”. Y es que el coste de esta petición alcanzaría los 20 millones de dólares al año, lo que se traduciría en un aumento significativo del precio que deberían pagar los asistentes por sus entradas, aproximadamente unos 300 dólares.
El místico festival lleva celebrándose en el desierto de Nevada desde hace 29 años y supone un impacto económico de 70 millones de dólares anuales. Si estas nuevas normas impuestas por el gobierno se convierten finalmente en requisitos indispensables para su celebración, el festival debería buscar una nueva ubicación o cancelarse de manera permanente.