Dreambeach cierra su regreso tras el covid con 110.000 asistentes, un 10% más de lo esperado

Después de dos veranos sin poder celebrarse por culpa del Covid-19, la 8ª edición de Dreambeach Festival por fin pudo tener lugar entre el 13 y el 17 de julio en la playa de playa de Villaricos-Palomares (Almería). El mayor festival de música electrónica de España cerró ayer sus puertas y hoy hace balance de una cita que deja un buen sabor de boca entre organizadores, público e instiuciones. El balance final de asistencia del festival as­ciende a 110.000 personas, un 10% más que las previsiones que se hicieron al inicio de la cita.

A juicio de la dirección del festival, aún más importante que la cifra de público es la altisima nota que ha obte­nido en organización, seguridad, calidad artistica y ambiente festivo entre la comunidad de dreamers, su mayor activo. Durante 5 días ha reinado la alegría y la camaradería entre los asistentes, y no se han registrado peleas, ni heridos graves, ni incidentes relacionados con la seguridad.

Durante 5 días, han pasado por Villaricos-Palomares algunos de los mejores DJs y artistas urbanos del mundo. Alesso, Bizarrap y Nina Kraviz, el jueves; Dimitri Vegas & Like Mike, Richie Hawtin, The Martinez Brothers y Amelie Lens, el viernes; o Illenium, Eladio Carrión, Michael Bibi, Marco Carola y Noisia, el sábado, han brillado con sesiones musicales memorables ante miles de festivaleros que se han vaciado bailando.

El español Paco Osuna y el alemán Boris Brejcha tuvieron un gran protagonismo en la Dreams Tent en el cierre del sábado. Con 15.000 personas bailando a primera hora de la mañana, nadie quería marcharse del festival.

Unas horas antes, se había vivió un momento memorable con la visita de la leyenda de la NBA Shaquille O`Neal. El ex pívot de Los Ángeles actuó en el mainstage bajo el alias DJ Diesel. Su visita deparó todo lo que se espera de una superestrella: expectación, cámaras de televisión grabando cada uno de sus movimientos, y centenares de fans pidiéndole fotos y autógrafos. Shaq se mostró simpático y accesible en todo momento, y luego sacudió el escenario principal con una sesión a base de dubstep y sonidos rotos y estridentes.

Ayer, domingo, el festival agotó sus compases finales con los últimos rescoldos de la fiesta aún vivos en la zona de acampada, donde 10.000 dreamers han dormido desde el miércoles en tienda de campaña. Ayer a las 19:00 horas, salió del camping el último festivalero y quedó oficialmente clausurada esta 8ª edición.


Limpieza intensiva del recinto

En ese instante se activó un amplísimo dispositivo de limpieza. Un centenar de efectivos trabajan estos días mañana y tarde para recoger basuras, retirar selectivamente los residuos para su reciclaje y dejar despejada la zona. La organización calcula que, para este próximo jueves, todo el área que ocupa el festival —500.000 me­tros cuadrados incluyendo aparcamientos y zonas de tránsito— quedarán totalmente limpios.

Finalizada esta edición, el equipo de Dreambeach hará las maletas en dirección a El Puerto de Santa María (Cádiz), donde el 13 de agosto la marca celebrará un evento de un día, con dos escenarios y una programación de Techno y Tech House encabezada por las legendarias bandas británicas Underworld y Orbital. En el cartel también destacan otros artistas como Tale of Us, Amelie Lens, Wade o Vintage Culture. En esa fecha, la costa gaditana rebosa de turistas y veraneantes y se prevé un evento multitudinario.

Balance de Gonçalo Miranda

Como balance final del festival, su director artistico, Gonçalo Miranda, expresó así su satisfacción: “Estamos muy cansados después de estas dos últimas semanas de duro trabajo, pero muy felices. Desde que lo creamos, en 2013, siempre habíamos concebido Dreambeach como una gran reunión anual de fans, artistas y profesiona­les de la música electrónica, y ése es exactamente el ambiente que hemos conseguido otra vez este año”.

“No ha sido una edición fácil. Los años de pandemia han estado llenos de incertidumbres y el cartel que hemos presentado este año era, en su gran mayoría, heredado del festival que no pudimos hacer en 2020. Para noso­tros, esta 8ª edición ha sido una cita de transición para evaluar cómo respondían los dreamers al adelantarse de agosto a julio. Aunque la asistencia final ha superado en un 10% nuestras previsiones de la semana pasada, al cambiar de fecha objetivamente hemos perdido un 20% de nuestro público, y en los próximos meses tendre­mos que evaluar si en 2023 regresamos a nuestro calendario natural: el mes de agosto”, ha remachado Gonçalo Miranda.

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Nota de prensa

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