Gashouder se vistió de gala para celebrar Awakenings Easter Edition y nosotros asistimos a la guinda del pastel en el último y, seguramente, mejor día de festival
El pasado fin de semana pudimos asistir a la Easter Edition de Awakenings, concretamente al último día de festival, Awakenings by day. El cartel de esta última cita, que duraría desde las 12 del medio día hasta las 12 de la noche, lo formaron 2000 and One, Black Coffee, Monika Kruse, Sven Väth, Dubfire, Ilario Alicante y Sam Paganini. Sin duda, un line up genial para el día de fiesta más largo de Awakenings y tan solo unas horas después de que Pan-Pot pusiera fin a Awakenings by night.
Pasadas las 11 de la mañana, nos dirigimos a Westerpark, parque donde se encuentra el edificio Gashouder, recinto donde se celebraba este Awakenings, y también su edición de diciembre. Las puertas se abrían poco antes de las 12 y, gracias a una buena organización y el buen ambiente que reinó durante todo el día tanto en el recinto como a las afueras, pudimos acceder sin colas a Gashouder.
En el hall encontrabas lo necesario: tokens y taquillas, al fondo los lavabos y a la derecha la terraza para fumadores. Una vez dentro de la sala, en forma circular, teníamos a los lados las barras y la venta del merchandising y al fondo unas gradas donde podías sentarte y disfrutar del espectáculo de luces que ofrecía el escenario. Lo más llamativo de esto fue la zona de masajes que había debajo de la grada. Sí, ¡zona de masajes! A todo esto, 2000 and One había empezado a calentar al público que iba llegando y que acabó de llenar Gashouder durante el set de Black Coffee, muy animado por cierto.
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Cuando Monika Kruse se puso a los mandos, Awakenings ya estaba lleno y vestido de gala para la actuación más esperada del día, que vendría tras el set de una Monika Kruse por la que no parece que pasen los años, ¡y qué suerte! Y tras ello llegó él, el esperado, el que desataría la locura en esta edición ‘by day’ de Awakenings. Svent Väth. Dos horas de set, que fueron de menos a más para dejar al público en lo más alto justo cuando llegábamos al ecuador del festival. Y mientras, un juego de fuegos artificiales. Sí, habéis leído bien, fuegos artificiales dentro de un recinto cerrado. Una especie de cohetes que volaban por el techo cruzando toda la sala mientras la iluminaban con la luz de su cola acompañada del típico silbido de un cohete.
Sven Väth daria paso a un Dubfire (vídeo de arriba) que, a mi parecer, fue el mejor set del día. Quizás el momento, quizás de donde nos había dejado el bueno de Sven con toda esa energía, no sé. Y no solo para mí, sino que así lo demostró el público en la pista. Más tarde llegaría Ilario Alicante, con la energía suficiente para hacer que el cansancio no se notase y el público siguiera bailando y disfrutando de buena música. Por último, para poner el broche final a cuatro días de infarto y concretamente a 12 horas de mucha fiesta, Sam Paganini cogió los mandos de Awakenings e hizo bailar a los asistentes que quedábamos en pie hasta el final. Tras ello, una vuelta a casa a través de Westerpark rememorando en la mente aquel día que acabábamos de vivir. ¡Nos vemos pronto de nuevo, Awakenings!
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