Este fin de semana se llevó a cabo la cuarta edición de Medusa Sunbeach Festival
La cuarta edición de Medusa Sunbeach Festival prometía ser legendaria, dado que era la última antes del salto a México.
Medusa contaba con un gran cartel y mucho terreno para organizar el festival, algo que atrajo a más de 150.000 asistentes entre todos los días, según número oficiales. Algunos problemas de organización y retrasos en sets no fueron suficientes para evitar el disfrute del público, que se lo pasó en grande con toda la fiesta que se montó en cada uno de los cuatro grandes escenarios.
Empieza la aventura: La acampada
Llegábamos al camping del festival sabiendo que era más grande que la edición anterior, por lo que los servicios serían mejores y con más espacio, la estancia también sería más cómoda. Y no estaba mal encaminado el razonamiento. Parcelas con toldos para evitar que el sol contactará directamente con la tienda, algo que rebaja el calor que hacía a medio día. Pese a la tremenda tormenta del miércoles, el camping apenas se vio afectado y estaba preparado para recibir a la mayoría de asistentes el jueves.
Con todos los equipamientos: tienda de merchandising, peluquería, lavabos de pago y gratuitos, zona de comedor (donde vendían las bebidas y comida) ambientada con un dj, zona de cargadores para móvil, duchas, zona de acampada y basura. Hasta ahí todo correcto, por lo que a priori parecía que todo iría bien. Del camping lo único malo era la limpieza. Containers llenos de basura a todas horas y los lavabos empeoraban tras los usos. El resto estaba bien, ya que el camping disponía de todas las facilidades necesarias para una buena estancia.
El festival: ‘Jungle Carnival’
Una vez pasadas las puertas de Medusa Sunbeach Festival, con un gran equipo de seguridad y un exhaustivo control a la entrada, algo que fue disminuyendo con el paso de los días, teníamos a mano derecha el escenario Resonance. Grande, lleno de pantallas led y con mucho espacio para el público. Y en cuanto al cartel, repetimos, grandes nombres aunque quizás los horarios evitaron un mayor disfrute (como Sven Väth a las 17:45 horas o Cristian Varela a las 19 horas).
Si seguíamos caminando por la calle central, llegábamos a una pequeña plaza donde encontrábamos sitios para comer. Anteriormente habíamos pasado por los servicios, pero hablaremos más adelante. Tras ello, de frente, teníamos el gran Gorillaz Kingdom, el MainStage. Decoración, tamaño, pirotécnica, sonido… todo cuidado al máximo detalle para que nada fuese mal, y lo consiguieron. El único “pero” que había en este escenario, y que también sucedió en algún otro, fue el retraso en algún set. Dimitri Vegas & Like Mike y Steve Aoki iniciaron su set algo más de 20 minutos después del horario marcado, pero después el público disfrutó con ellos, de igual manera que con el resto de dj’s.
A la derecha del gran escenario, el primer escenario que encontramos era el escenario Tent. El más pequeño y que el primer día hizo vibrar a los asistentes con una fiesta del sello Axtone, por ejemplo. Hay que sumar que hubo fiesta Trance otro día y también Hardcore, algo donde la gente lo da todo bailando y eso provocaba que se levantase mucho polvo.
Y por último, al lado de la carpa encontrábamos el Shark Attack. Más pequeño, decorado con la cabeza de tiburón del MainStage de dos años atrás y que acogió la música remember del festival. La gente lo disfrutó y mucho, sobre todo aquellos que crecieron con esa música.
La organización: Servicios para el público
La cuarta edición de Medusa Sunbeach Festival ha sido un gran evento con grandes nombres internacionales y tan solo hay que ver los vídeos publicados por el festival durante el transcurso de los días para ver que la gente se lo pasó en grande en cada uno de los escenarios y días. Pero hay detalles que no se pueden dejar pasar y quedaron puntos que mejorar para futuras ediciones y hacer crecer el festival en cuanto a calidad.
Muchos lavabos, donde cada escenario tenía su zona de wc, pero el problema estuvo en la limpieza de los mismos. Además, no había agua potable disponible más que en las barras y lo peor, no la podías meter al festival de fuera. No encontrabas un grifo, ni en los lavabos, ni por el festival, algo que debería estar presente, y lamentablemente es ‘normal’ no encontrarlo en muchos festivales.
Medusa también contaba con un gran número de barras, pero escaso personal, por lo que las colas eran eternas, además de acabarse las existencias en algunas barras el último día. En cuanto a la comida, el festival había comunicado que bastaba con recargar la pulsera Cashless para consumir dentro del recinto. La sorpresa de los asistentes a la hora de comprar comida fue enorme cuando vieron que se tenía que pagar en efectivo y no con la pulsera.
Pero como decimos, fueron pequeños detalles a mejorar y que no perturbaron el disfrute de los asistentes al festival, ya que lo más importante era la música y de eso no faltó calidad para todos los gustos y estilos de la electrónica.
Crónica Medusa Sunbeach Festival