Armin Van Buuren dejó a las claras por qué es uno de los príncipes de la electrónica, calzándose la camiseta de Prydz y regalándonos una sesión para el recuerdo


Ultra 2019 se quedará grabado por todos nosotros por millones de cosas. Por la sesión deep de Oliver Heldens, los mil y un IDs de The Chainsmokers, el cambio de ubicación a la playa y, también, por la ausencia de Eric Prydz.

El no tener a Eric en Ultra nos privó del siempre suculento B2B Cirez D y Adam Beyer, pero también de su set en solitario, una actuación prevista antes del cierre de Armin Van Buuren, que sacaría el trance a relucir para levantar del suelo a sus miles de fans que gozarían del talento del holandés.

Eric Prydz dejó ese hueco que los organizadores no supieron bien como rellenar, hasta que el bueno de Armin Van Buuren les dio la clave. Él se haría cargo de las 3,5 horas que quedaban de festival, las de Prydz y la suya. Una sesión en el que Armin tomó las riendas del escenario durante los primeros 90 minutos poniendo sobre la mesa un musicón que jamás habrás escuchado de manos del productor, que supo contentar a los amantes del fundador de Holo con una sesión muy parecida a las que nos tiene acostumbrados el sueco.

Acostumbrado a sesiones de muchísima envergadura en cuanto a tiempo, Armin Van Buuren no tuvo problemas en afrontar este nuevo reto, que de hecho lo cumplió con creces. Sin duda una de las sesiones más representativas y a tener en cuenta de esta edición en Miami, un despliegue de talento, capacidad de amoldarse a las necesidades y, sobre todo, dejando a las claras lo enorme que es su sombra en la industria.

 

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