Por petición popular hoy toca una nueva sesión para disfrutar este fin de semana.


Para esta ocasión he elegido una sesión que además cuenta con  historia personal del que escribe.

Todos los años tengo la enorme suerte de juntarme con al menos dos de mis mejores amigos, de los curtidos en mil batallas, y con los que siempre puedo contar para un jaleo de éstos, y por supuesto para lo que haga falta…  y nos vamos a un festival por Europa.

En 2013 tocaba el festival más deseado del momento por los festivaleros de todo el globo, Tomorrowland, en la población belga de Boom.

Era sábado, con un cartel en el mainstage como siempre de primera. Creo recordar que Axwell, luego Avicii, y por si fuese poco,  Armin van Buuren. Y era este último el que nos iba a deparar uno de los mejores momentos de fiesta que he podido disfrutar en mi vida.

Antes de que empezara su set, comenzó una lluvia torrencial como nunca he visto otra en mi vida. De esas que parece que se cae literalmente el cielo encima y que suelen durar 5 minutos. Pero esta duró incesante más de una hora. Caía una auténtica cortina de agua que se alargaba durante el tiempo y que no aminoraba en ningún momento.

El escenario principal comenzaba a vaciarse, porque incluso los más valientes veían la situación demasiado complicada.

En pleno diluvio, con aproximadamente la mitad del aforo, por fin salió Armin van Buuren. Y lo primero que nos confiesa, visiblemente emocionado, es que viene directamente desde el hospital de asistir al nacimiento de su segundo hijo. Los sentimientos a flor de piel del gran Dj se contagiaban a todos los asistentes que aún aguantabamos estoicamente bajo el enorme diluvio.

Ahí comienza uno de los mejores set que le he visto al mago holandés. Quizá porque estábamos en Tomorrowland, quizá porque estaba en la mejor compañía, quizá por las especiales circunstancias en las que dió comienzo esa sesión, o quizá por esa lluvia que nos calaba hasta los huesos  y que animaba más aún si cabe a la gente a dar botes en los charcos. El caso es que las emociones envolvían cada una de las notas que salían de los platos. Y esa emoción aún la conservo, incluso en estos momentos en los que estoy escribiendo estas líneas, como parte de un precioso recuerdo.

Por ello hoy no sólo comparto con vosotros una de las mejores sesiones que he vivido en mi vida, sino además uno de los momentos más emocionantes que musicalmente hablando he tenido la enorme suerte de vivir.

Para rematar la fiesta, el gran Armin van Buuren, acabó su set  junto a Trevor Guthrie,  quien cantó en directo el This Is What It Feels Like, del álbum Intense, para delirio de los ya por entonces pocos valientes, que aunque empapados y embarrados, sólo pensábamos en calentarnos a base de dar saltos en el barro.

Os dejo con el gran Armin y su sesión en el Tomorrowland 2013. Espero que os guste.

Esta entrada quiero dedicarla a mis grandes amigos Emilio e Igor.

Un abrazo, os quiero.

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