EDMRed ha tenido la posibilidad de asistir, una vez más, a uno de los festivales de música electrónica más grandes de Europa, Balaton Sound, y a su vez ver como continua creciendo año tras año
Nunca he sido amante de que me expliquen un festival a través de los sets de los dj’s: quién fue mejor o peor, quién sorprendió, etc.; encuentro que es algo muy subjetivo dependiendo del estilo de música electrónica que te guste más, con quién estés, qué sientas en ese momento… lo que suele pasar con las películas vistas en el cine. En cambio, agradezco y mucho que me expliquen la experiencia vivida fuera de los sets, la organización del festival, los equipamientos, el entorno, etc.
Por ello, y porque Balaton Sound 2017 se pudo seguir en streaming, se pueden encontrar los sets en Youtube y además en nuestro Facebook hubo publicaciones diarias, os contaré mi historia a orillas del Lago Balaton, concretamente en la zona de la localidad de Zamardi, donde tiene lugar el festival.
Recibimiento del Lago Balaton y acomodamiento
La llegada a Balaton Sound fue en tren, siendo un húngaro más en dirección al festival y disfrutando así de las vistas que ofrece este viaje de algo más de una hora. Sabes que estás cerca cuando empiezas a ver el Lago Balaton y el resto de personas del tren empiezan a animarse y a cantar (el húngaro no es mi fuerte y por ello no sé exactamente qué cantaban). Nada más llegar a la estación ya se respira ese ambiente a festival, con miles de personas andando por las calles de ese pequeño y muy bonito pueblo llamado Zamardi. Es la zona comercial del pueblo donde se encuentra la estación, por lo que las primeras compras tienen lugar allí.
Tras un paseo, llegué al camping, concretamente al Basic puesto que el Beach, en primera línea del lago, estaba sold out. Tienda montada, cosas colocadas y dirección al festival a conocer al resto de compañeros de prensa con los que iba a pasar varios días. Tras una reunión con ellos, para algunos también era la primera vez en Balaton, fuimos a recorrer todo el festival, de punta a punta, para conocer todos los rincones, escenarios y sitios para comer que había. Hasta un total de 14 escenarios, algunos más grandes que otros y con infinidad de puestos para comer con comida de diferentes países del mundo.
Ahora tocaba disfrutar de la música que ofrece un Balaton Sound en el que hasta los más pequeños disfrutaban, junto a sus padres, de la música, introduciéndose así al mundo de la electrónica desde bien pequeños. De este día sí me gustaría destacar, y felicitar a su vez, la fiesta del quinto aniversario de Protocol, el sello de Nicky Romero, el cual ocupó el Party Arena en su totalidad ese primer día. El Main Stage lo cerró Armin Van Buuren, en su más pura versión ASOT.
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Baño, buena música y a disfrutar del festival
Los siguientes días fueron como explicaré este segundo, ya que fueron muy parecidos. Trabajo por la mañana con el resto de compañeros de prensa y descanso a medio día en la orilla del Lago Balaton. Relajación, refresco y descanso para afrontar un nuevo largo día en el festival. Para los húngaros, Balaton es su ‘playa’, por lo que se fusionaban los habitantes de Zamardi y de otras localidades que acudían a bañarse al lago con los huéspedes tanto del Beach Camping como del Basic.
Esto en cuanto a las mañanas fuera del festival. Antes, había tiempo para unas duchas muy bien acondicionadas en cada uno de los camping y también para el desayuno, gracias a los pequeños supermercados que habían dentro de los mismos. Una vez hecho esto, tocaba volver a sentir la música y disfrutar de la gente que llena Balaton Sound y de sus espectáculos por las calles del festival. No antes sin probar algunas de sus atracciones. La noria es perfecta si quieres disfrutar de las magnificas vistas del festival desde lo más alto, y para los más atrevidos habían dos atracciones de máxima adrenalina: caída libre desde unos 20 metros a una colchoneta y un salto desde una grúa a unos 50 metros de altura atado a una cuerda.
El resto es historia. Empezar la tarde de fiesta en el agua del lago con la música de Elrow, continuarla con una fiesta de la espuma o jugando a voley playa con los amigos mientras escuchas el mejor techno del escenario Heineken eran solo algunas de las mejores maneras de pasar una entretenida tarde. O sin más, andando y haciendo kilómetros de escenario en escenario mientras comías y bebías alguna cosa por el camino hasta que te dejabas absorber por alguno de los grandes escenarios mientras la noche llegaba a Balaton y se iluminaba todo el festival con la cantidad de luces procedentes de cada uno de los escenarios y de sus decorados.
Nos volveremos a ver, Balaton
Así pasaron los días y las noches en un lugar con muchísimo encanto. Ya no solo por el festival y el gran cartel que consiguió tener Balaton Sound, sino además por su excelente organización en cuanto a equipamientos, todo su staff, tanto seguridad como camareros, y sin olvidar, por supuesto, el magnífico entorno. Un enorme lago que te hace desconectar del mundo, te transmite vibraciones positivas y te hace empezar el día con mucha energía. Fue mi primera vez en Balaton Sound, pero ahora solo puedo decir que no será la última.
Y es que es un festival que, viendo el cartel podría tratarse de uno más, como muchos que hay en verano a lo largo de la geografía europea. Hasta ahí podríamos estar de acuerdo, pero dime, ¿cuántos de esos permiten pasar la mañana y tomarte las primeras copas bañándote en un lago? Y sobre todo, con una fantástica organización que nada tiene que envidiar a otros nombres y sin embargo, muchos deberían aprender de este festival a las afueras de Budapest.